LOGO DE ECOEXPEZ

LOGO DE ECOEXPEZ

sábado, 19 de marzo de 2011

CLASES DE QUIMICA

TOMADO DE: WIKIPEDIA

NOMENCLATURA QUIMICA

Formalmente, se siguen las reglas establecidas por IUPAC y se emplean en la práctica un cierto número de reglas simplemente aplicadas, que permiten entender los nombres de muchos compuestos orgánicos.

Para muchos compuestos, el nombre puede comenzar mediante la determinación del nombre del hidrocarburo del que nominalmente derivan y por la identificación de algunos grupos funcionales en la molécula que la distingue del hidrocarburo. La numeración del alcano del que deriva el nombre se utiliza, modificada si resulta necesario, por la aplicación de las reglas de priorización de Cahn Ingold Prelog en el caso de que permanezca la ambigüedad tras la consideración de la estructura aislada del hidrocarburo del que nominalmente deriva. El nombre del hidrocarburo se modifica por la aplicación del sufijo del grupo funcional de mayor prioridad, indicándose los restantes grupos funcionales mediante prefijos numéricos, que aparecen en el nombre por orden alfabético, del primero hasta el último.

En algunos casos, la falta de rigor en aplicar la nomenclatura produce un nombre que es ininteligible; el propósito, por supuesto, es evitar cualquier ambigüedad sobre qué substancia se está discutiendo.

Por ejemplo, la estricta aplicación de la prioridad CIP a la denominación del compuesto:

NH2CH2CH2OH

Podría producir el nombre de 2-hidroxietanamina. No obstante, el nombre más elegante de 2-aminoetanol se refiere de forma no ambigua al mismo compuesto, por lo que es preferible frente al anterior.

TIPOS DE NOMENCLATURA

La infinidad de compuestos que se engloban dentro de la química orgánica se caracterizan por estar formados por un número muy reducido de elementos con alta variedad de posibilidades de combinación. El número de compuestos formados por este reducido grupo de elementos es, sin embargo, muy superior al de compuestos inorgánicos, formados por los más de cien elementos de la tabla periódica. Un sistema de nomenclatura como el empleado en química inorgánica, en el que los nombres se forman a partir de las raíces del nombre

De los elementos constituyentes tiene grandes limitaciones cuando trata de aplicarse a compuestos orgánicos, pues sería muy difícil distinguir de este modo los miles de compuestos formados sólo de carbono e hidrógeno. Por otra parte, la estructura de estos compuestos hace que sea imposible utilizar métodos como el binomial, tan extendidos y antiguos en química inorgánica. De hecho los intentos que se hicieron durante el siglo XIX para nombrar de este modo a los compuestos orgánicos fracasaron completamente.

NOMENCLATURA POR SUSTITUCIÓN

Los términos acuñados según este sistema contienen generalmente raíces procedentes de los numerales griegos, para describir la longitud de la cadena carbonada, y un complejo sistema de sufijos, prefijos, infijos, localizadores numéricos y signos de puntuación que permite describir numerosas características del compuesto, desde las instauraciones o tipos de enlace del carbono hasta la presencia de hetero átomos o grupos funcionales. Buena parte de estos elementos lingüísticos proceden de los acuerdos alcanzados en el congreso internacional de Ginebra, de 1892. En esta nomenclatura, la unidad principal del nombre de un compuesto orgánico está formada por la raíz que indica la longitud de la cadena carbonada principal. Excepto para las cadenas de uno a cuatro carbonos (met-, et-, prop-, but-), para las que se han conservado los nombres vulgares utilizados tradicionalmente, estas raíces proceden del numeral griego correspondiente. Además de estas raíces sistemáticas, se utilizan también raíces procedentes de nombres vulgares, cuando, debido a la complejidad del compuesto, es necesario simplificar el nombre. Esto es así especialmente para los hidrocarburos cíclicos, conocidos comúnmente como aromáticos. Ejemplo de este tipo son términos como “benceno”, “glicerol”, “alcohol salicílico” o “geranio”. Las raíces son completadas con un variado sistema de prefijos y sufijos que informan acerca de las características de la cadena y de la presencia de radicales y grupos funcionales. Un ejemplo son los sufijos “-ano”, “-eno e “-ino, aprobados en el congreso de Ginebra de 1892, para distinguir entre compuestos saturados y compuestos con dobles y triples instauraciones, respectivamente. También procede de esa época el empleo del sufijo “-ilo para indicar que se trata de un radical.

No hay comentarios:

Publicar un comentario